lunes, 20 de febrero de 2012

Un grito ahogado de desesperación más, y tantos que quedan...

Busco un lugar que solamente sea mío, donde poder emborracharme con mis propias lágrimas, marearme con el humo que desprende mi putrefacto corazón, silenciar el ambiente entre gritos agonizantes.
Los buenos recuerdos me destrozan por dentro, los sentimientos que en ellos guardaban fueron destruidos por el intenso ardor de la decepción, la cual es una bebida que me suelen dar a traición, día tras día, seduciéndome con palabras vacías, en las cual caigo presa sin apenas darme cuenta, quedando así completamente manipulada por tus manos.
Tu voz hace que mis tímpanos quieran estallar, oír tu voz me hace débil, hace que los últimos pedazos de mi corazón se vuelvan a romper y así sucesivamente hasta que al fin no quede nada... parece que era eso lo que querías conseguir.
No entiendo esta situación en la que vivo, llena de engaños, mentiras, enfrentamientos y traiciones, no comprendo por qué las las cosas siempre se tiñen del lado más deplorable, no comprendo por qué soy siempre yo la que acaba ahogada entre su propio silencio y sus pensamientos, mustios como mi propia alma.
Trago con fuerzas mis palabras, afiladas como cuchillas, clavándose muy adentro, produciendo un terrible dolor del que no me desprenderé, no quiero pronunciar la cruel realidad, tengo demasiado miedo...
No quiero volver a caer, ¿alguna vez me he levantado? me pregunto, he estado hundida en un mar espeso, lleno de depredadores hambrientos, con ganas de jugar a despiadados juegos.
Por mucho que llore pidiendo tu auxilio solamente te quedarás mirando como voy desapareciendo entre el olvido y la nada, mientras esbozas una última sonrisa, la cual yo acompaño con una lágrima seca más.
Y los inocentes actos para intentar mejorarlo se han vuelto contra mí, reprochándome lo que nunca hice y lo que nunca debí de hacer, clavándose en mi pecho una y otra vez.
Acaba conmigo de un golpe, no me dejes que siga sufriendo...

No hay comentarios:

Publicar un comentario